Hace unos días, platicamos con Armando Monteros quien desde hace un tiempo se ha dedicado a llevar una vida enfocada en su bienestar y compartirlo a los demás a través de estudio de ciencia del bienestar, información aplicada y su propia experiencia. En redes sociales comparte información de interés sobre creación de hábitos saludables como por ejemplo: ayuno en mujeres, optimización de actividad física, mejora de sueño y descanso, alimentación consciente, etc.
Iniciando la conversación con Armando, nos contó que hace 10 años tuvo un problema grave de salud. Inició con una neumonía y derivó en una enfermedad viral, que más tarde afectó su corazón desarrollando una inflamación llamada pericarditis. Este fue un momento crucial en su vida y a partir de ahí comenzó el camino que lo ha llevado a ser quien es hasta ahora. Te contamos.
Armando, ¿cómo iniciaste con este estilo de vida?
Cuando caigo en el hospital, me empiezo a cuestionar muchas cosas y empiezo a observar y cuestionar todo. Desde lo que me daban comer hasta los profesionales de la salud que me cuidaban y me cuestioné ¿Por qué le estoy delegando mi salud a alguien que no parece ser congruente con lo que dice y con lo que hace? Veía a una buena parte del personal con sobrepeso, cansados, fatigados. Ahí me cuestioné ¿Por qué le entrego mi salud a alguien más? Al salir del hospital, me obsesioné por completo con el bienestar
A un año de ese suceso, a mi papá le detectaron cáncer. Me di cuenta que algo estamos haciendo sumamente mal como sociedad. Estamos viviendo la salud y bienestar desde una postura REACTIVA. Y no debemos ser reactivos, sino mejorar desde la raíz, vivir una cultura de prevención.
Durante la enfermedad de mi papá, descuidé muchísimo mis hábitos y subí de peso muy agresivamente. Un día saliendo de bañarme, me vi en el espejo y pensé: “no puede ser posible, esa persona que me está viendo no soy yo…”. No me reconocí. A partir de ahí hice muchísimos cambios. Me transformé físicamente en tiempo record. En cuestión de meses, de pesar 105 kg bajé a un peso de 80 kg. Todos mis amigos me empezaron a preguntar lo que estaba haciendo. Empecé a compartir mi experiencia con las personas, al principio amigos y conocidos. Y al cabo de un tiempo, me di cuenta de que ese era el propósito de mi vida: el servicio a los demás a través de un conocimiento profundo sobre ti, sobre cómo funciona tu cuerpo y sobre todo los hábitos que tienes.
Sin duda fue un proceso retador al inicio, ¿cuáles fueron los principales obstáculos que enfrentaste con este cambio de vida y sobre todo al compartirlo con los demás?
Ir contra el status quo, ese fue el principal obstáculo. Una de las principales herramientas para mí en caminos de transformación personal y que le enseño a mis estudiantes, sobre todo a las mujeres, es aprender a ayunar correctamente. En ese momento de mi vida, cuando comencé con este estilo de vida, no había casi nada de literatura. Entonces, cuando inicié con el ayuno escuché muchas frases de profesionales de la salud, incluso nutricionistas que me decían: “Te vas a morir”, “Te vas a desmayar”, “Te vas a desvanecer”. Y eso no es cierto. Lo que hice fue estudiar el contexto evolutivo, aplicarlo de manera correcta, segura y darme cuenta que gracias al ayuno existimos como especie. Llevamos ayunando MILES de años.
¿Te basaste en algún libro, alguna persona / mentor que ya compartía este tipo de conocimiento o de donde tomaste esas herramientas para aplicarlas?
Sí, lo que hice fue comprar absolutamente todos los libros que me pude haber encontrado en ese momento de mi vida sobre el bienestar, el ayuno y nutrición. Me acuerdo mucho en particular que leí un libro que se llama “Cerebro de pan” del Dr. David Perlmutter. Después de leerlo le estuve escribiendo a ese doctor por correo electrónico por meses… “Quiero aprender de ti”. Un día me contestó: ¿qué quieres? Y le dije: Necesito aprender de ti. Me dijo: Ok, perfecto. Te espero en tal lugar, tal fecha. Te veo ahí y te enseño lo que quieras.
Yo creo que pensó que nunca iba a llegar. Pero viajé y lo vi. Estuve platicando con él y fue de mis primeros mentores en el tema. Él lo que hizo fue abrirme el espectro a tener proximidad con muchas personas muy interesantes. Por ejemplo, Dave Asprey, que es un biohacker súper famoso. También el Dr. Jason Fung, que es la autoridad máxima en ayuno en todo el mundo. Fue una experiencia muy padre y tuve proximidad con personas muy interesantes que me dieron mucho contexto, entendimiento y conocimiento para yo tener las herramientas necesarias para, primero, aplicarlo en mí y después, compartirlo con los demás.
¿Cuáles fueron esos cambios y beneficios que sentiste físicamente en un corto y largo plazo a raíz del cambio en tu vida?
Cuando empecé a poner atención a lo que me llevaba a la boca, sobre todo el consumo de carbohidratos procesados y refinados, me di cuenta que tenía muchísima más energía. Ese sentimiento de mas energía me permitió ser, más pro-activo en diferentes cosas. Sentía más hambre para aprender, más hambre para hacer, más hambre para moverme… Fue algo que permeó de manera positiva en diferentes áreas de mi vida.
Después de analizar, conocer y consumir los alimentos que mi cuerpo está preparado para recibir tras millones de años de evolución, vivo con mayor claridad mental, más energía, más vitalidad y eso se ve reflejado de manera increíble en resultados físicos al vivir con un porcentaje de grasa y músculo saludables. Sin duda es algo que me hace vivir con mucho más autoestima. Y al tener más autoestima, generó más resultados en otros aspectos de mi vida, como relaciones, finanzas, etc.
Llevando este estilo de vida enfocado en tu bienestar, ¿cómo lo balanceas con algún gusto?
Para mí es muy importante mencionar siempre esta frase: “Todas las transformaciones físicas, financieras, de relaciones… comienzan a través de la luz de la consciencia.” Si no tenemos consciencia no podemos tomar mejores decisiones. Para mí, fue muy importante ver el efecto que cierto tipo de alimentos o de hábitos tenía en mi cuerpo y en mi vida. Y una vez que tuve esa consciencia pensé: “Si me daña, ¿por qué lo hago?”
Siempre hay una parte de mí que se siente muy tentado de comer cierto tipo de alimentos, pero tomo mejores decisiones. A veces fallo, a veces tengo ganas de tirar la toalla, porque soy humano, no soy perfecto. Estoy lejos de ser mi mejor versión. Pero me di cuenta de qué es lo que me sirve y qué es lo que no me sirve. En este punto de mi vida, lo que he encontrado que me ayuda mucho es tener un 80/20. Hacerlo muy bien el 80% de mi tiempo y ser flexible un 20%. También para ser flexible, tienes que tener muy bien claros cuales son tus no negociables.
Si nos pudieras compartir algunos tips para balancear nuestros hábitos en esta época del año, que sin duda es mucho más ajetreada que otras, ¿cuáles serían?
El primero es el ayuno, de por lo menos 12 horas. Dejar muy claro que si no sabes ayunar, mejor no lo hagas, sobre todo si eres mujer porque hay que tomar en consideración muchos factores. Pero la mayoría de las personas puede ayunar al menos 12 horas sin ningún problema.
El segundo no negociable es moverme, por lo menos caminar 10,000 pasos diarios, no importa si es verano, navidad, año nuevo… muévete. Y hazlo diario.
El tercer no negociable para mí es consumir un desayuno alto en proteína y grasas saludables, lo más orgánico y real posible. Procura consumir de 30 a 40 gr netos de proteína en cada comida. Eso te va a ayudar a sentirte saciado, sin antojos ni ansiedad por comer cosas que no te convienen y al mismo tiempo proteges y procuras tu masa muscular, que prácticamente, es el órgano de la longevidad.
Cuida mucho tu consumo de alcohol, y si lo consumes, hidratarte muy bien. En orden de preferencia te recomiendo lo siguiente: que tu primera opción sean destilados (tequila, mezcal, gin), después los vinos (blancos, tinto y rosado) y al último todos los licores como ron, vodka y la cerveza.
Antes de salir de tu casa consume vinagre de sidra de manzana, eso ayudara a que tus niveles de azúcar en no se eleven tanto debido a los gustitos que te vayas a dar.
Cuida el orden de tus alimentos. Primero consume proteínas, después grasas saludables y al último los carbohidratos. Nunca te comas a los carbohidratos “desnudos”. Procura “vestirlos” siempre con proteína.
Si pudieras decirle algo a alguien que quiere hacer cambios en su vida, ¿qué le dirías?
El ser humano promedio vive 4000 mil semanas. Eso es 920 meses, 28000 días. Aproximadamente: 76 cumpleaños, 76 veranos, 76 navidades, 76 fines de año. Llegas con 4000 semanas. La pregunta es: ¿CUÁNTAS TE QUEDAN Y CÓMO VAS A APROVECHARLAS? Debes trabajar DIARIO por la calidad de vida que tendrás en el futuro.
Si estás listo para hacer cambios en tu vida, recuerda que cada pequeño paso cuenta. No te agobies por la magnitud del viaje, enfócate en el próximo paso. Pero EMPIEZA YA. EMPIEZA HOY. No te esperes al lunes o al año nuevo para iniciar. LA VIDA ES HOY.